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Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?

“Bajó Pedro de la barca y se puso a caminar sobre las aguas, yendo hacia Jesús. Pero, viendo la violencia del viento, le entró miedo y, como comenzara a hundirse, gritó: «¡Señor, sálvame!». Al punto Jesús, tendiendo la mano, le agarró y le dice: «Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?». Subieron a la barca y amainó el viento." Mateo 14,29-32.

Hoy el grupo de Apertas ha empezdo el día contemplando a Pedro agarrado por Jesús. Mirar a Jesús que salva a Pedro, y con el nosotros de las aguas, nos ayuda a saber mirar a los peregrinos que necesitan de ayuda.

Las palabras de Pedro Arrupe nos han ayudado a contemplar esta escena biblica y reflexionar sobre nuestra fe.

«Señor, dame tu amor, que me haga perder mi “prudencia humana” y me impulse a arriesgarme a dar el salto, como San Pedro, para ir a Ti: Que no me hundiré mientras confíe en Ti.

No quisiera oír: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?”. Cuántos motivos teológicos, ascéticos, de prudencia humana, se levantan, en mi espíritu y tratan de demostrarme “bajo apariencia de bien”, con muchas razones humanas, que aquello que Tú me inspiras y pides es imprudente: Una locura. ¡Tú, Señor, según eso, fuiste “el más loco de los hombres”, pues inventaste esa insensatez de la cruz! ¡Oh, Señor! Enséñame que esa insensatez es tu prudencia, y dame tal amor a tu persona para que sea yo también otro loco como Tú». (Pedro Arrupe).


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